Estela Céspedes es una sobreviviente de la tragedia de Choroní. El pasado lunes 21 de agosto tomó un autobús en el terminal y minutos más tarde, la crecida del río Las Mercedes golpeó fuertemente la unidad donde viajaba, reseña una nota de Efecto Cocuyo
Estela, que vive en el municipio Baruta, estado Miranda, dice a Efecto Cocuyo que ese fin de semana lo pasó en las playas de Chuao, en compañía de un grupo de amigos.
“Mis amigos se quedaron, pero yo me venía el lunes porque tenía que trabajar al día siguiente. Cuando tomé el autobús en el terminal había bastante sol, pero luego cuando empezamos a subir la montaña, comenzó a llover muy fuerte”, recuerda la mujer de 41 años.
Cuenta que ya tenían aproximadamente 30 minutos de camino, por la única vía de acceso que atraviesa el parque nacional Henri Pittier, cuando se encontraron con varios vehículos pequeños parados en la carretera. “No podían pasar porque el nivel del río, que atravesaba la calle, era muy alto y el agua tenía mucha fuerza”.
“El bus se detuvo. El chofer estaba empeñado en cruzar. La gente empezó a decirle que no podía pasar así. Varios nos pusimos de pie. Y fue justo en ese momento cuando escuchamos un ruido fortísimo, e inmediatamente sentimos el impacto contra el autobús, y lo vi flotar hacia atrás. El agua lo empujó, el autobús giró un poco, pero algo lo detuvo. En realidad, todo pasó muy rápido, en cuestión de segundos”, rememora Estela conmovida aún por el hecho.
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